La disminución del superávit fiscal: otro triunfo de la Desidencia Socialista.
Por Edison Ortiz. Comisión Política PS.
A diferencia del oficialismo en el plano nacional, y regional, nuestra lealtad a la Presidenta no está condicionada a ser moneda de pago en la designación de las prebendas que nos permiten repartirnos Cargos y recursos públicos, a cambios de votos y lealtad con nuestro sufragio en el Congreso. Por el contrario la Desidencia Socialista ha sido objeto de una verdadera persecución pública. La prueba más reciente de ello es la designación, en nuestra región, de un nuevo Forastero metropolitano (dicen que se llama Carlos Rojas), que no participó del concurso público, ni de los exámenes sicológicos respectivos, ni fue parte de la quina que envió el Intendente Huenchullán a Santiago (¿Y dónde está el Piloto?) y que, sin embargo, repito, a pesar del énfasis de la Presidenta, por el respeto a las regiones y la diversidad, fue nombrado en el cargo de Director Regional de Corfo, habiéndose saltado los mínimos legales del Estado constitucional (¿Sus cercanos ya no le hacen caso?).
Algo similar ocurrió en el tema de la disminución del Superávit fiscal, tema en el que, los que se benefician de las prebendas del Gobierno nunca aportaron ni una sola idea al respecto. Por el contrario, Jaime Gazmuri, Gonzalo Martner y Carlos Ominami, insistieron, desde hace varios meses, en lo anticapitalista de la medida que iba en contra, incluso, del funcionamiento normal del mercado y afectaba en particular, la inversión y el precio del Dólar. Hoy la Presidenta se ha hecho cargo de tal inquietud haciendo anteayer el anuncio que todo Chile conoció y que va en directo benefició de los Municipios y la Educación. Guardando las proporciones del caso, en el ámbito local, ya habíamos insistido en este propio medio, en la necesidad de mejorar la calidad de la gestión de los Concejales y de los Alcaldes; y por último, en la reciente Comisión Política del PS, tanto la abogada Pamela Pereira, como quien escribe estas líneas, votamos con reservas (es decir nuestra oposición de principio a una ley que no tenía la infraestructura necesaria), en favor del proyecto que auspiciaba el Gobierno para implementar la nueva Ley Penal Juvenil, entendiendo que estábamos desafiando a un oficialismo deseoso de dar la sensación de Orden en su filas. Curiosamente, sólo este fin de semana un conocido senador de O'higgins dio a conocer su opinión en contra de la instalación de la cárcel juvenil en Irene Frei, por supuesto, distinta al voto que había emitido en el Senado. Otra diferencia con nuestros adversarios internos: la verdad y el compromiso con el Ejecutivo, entregando buenas ideas. Es lo que más tenemos y nos sobran. Bonito gesto el de La Presidenta: no sólo escuchar a los que no se cansan de pedir más cargos, sino también a quienes le aportan ideas.
